Estado de conservación
Los flamencos han sido animales aprovechados por el hombre, y pese a que experimentan algunos problemas en la actualidad, ninguna especie es considerada en peligro de extinción.
En la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el flamenco común (Phoenicopterus roseus) y el flamenco del Caribe (Phoenicopterus ruber) aparecen como especies de “Preocupación Menor”; el flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi), el flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis) y el flamenco enano (Phoeniconaias minor) están en la categoría “Casi Amenazado”, y el flamenco andino (Phoenicoparrus andinus) figura como “Vulnerable”, lo que lo hace la especie que mayor peligro enfrenta.
Por su parte, la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) ha incluido a todas las especies en su Apéndice II, en donde están las que, si bien no se hallan en grave peligro de extinción, requieren la protección y regulación de su comercio para evitar que sus poblaciones disminuyan.
El estado de conservación de las especies ha variado a través del tiempo. Los flamencos del Caribe y comunes son abundantes y gozan de un rango de distribución razonablemente extenso, sobre todo Phoenicopterus roseus. Se sabe que el número de flamencos de James es bajo, de hecho, en 1924 la especie se creyó extinta hasta que apenas en 1957 fue vista de nuevo en el mismo hábitat del flamenco chileno, y ahora es más frecuente de observar. En el caso del flamenco andino, se estima que la población total se ha reducido en un 24 por ciento desde la década de 1980.
Amenazas
La caza y la recolección de huevos son algunas de las peores amenazas que enfrentan los flamencos de todas las especies.
Los ataques de depredadores naturales tienen un impacto mínimo en las muertes de flamencos, no es así en el caso del impacto humano. Los zorros, aves de rapiña, leopardos, leones, chacales, serpientes y otros animales pueden cazar fenicoptéridos para alimentarse, pero los seres humanos amplían el provecho que obtienen de ellos y se convierten en el principal elemento que pone su vida en peligro. Así pues, las amenazas más comunes de los flamencos son:
-Caza. En la antigüedad eran capturados para servir como alimento u obtener partes con las que se preparaban platillos. Los individuos capturados han sido objeto de comercio, y aunque hoy el consumo de su carne es inusual, puede ocurrir en algunos lugares, como ciertas localidades de la India.
En Chile, los mineros han cazado flamencos para consumir su grasa, pues creen que esta cura la tuberculosis. En Egipto, todavía muchos flamencos comunes son capturados para ser vendidos en los mercados y hasta 1986 el flamenco de James era objeto de caza intensiva.
-Recolección de huevos. Estos productos se han considerado una delicadeza y una fuente de alimento para muchas personas. Durante el siglo XX era una práctica intensiva y miles eran tomados cada año; en el caso del flamenco chileno la práctica ya era frecuente poco tiempo después de la llegada de los europeos a Sudamérica. A veces, los recolectores simplemente despojan los nidos y después venden los huevos en los mercados.
Puede parecer una práctica poco importante, pero ha tenido consecuencias devastadoras para las poblaciones. Los flamencos suelen poner únicamente 1 huevo y las probabilidades de que el polluelo llegue a la edad adulta no son tan altas. Además, la perturbación de su hábitat afecta el éxito reproductivo, por lo que las poblaciones no pueden recuperarse tan rápido como son afectadas.
-Destrucción/degradación/perturbación de hábitat. La construcción de carreteras hace más fácil a las personas el acceso a sus hábitats, y además la urbanización puede eliminar partes importantes que los hacen tener zonas menos grandes. Además, la minería y recolección de sal son dos actividades económicas que los perturban, así como el aumento del turismo o visitas en las zonas de cría.
-Cambio climático. El nivel de diatomeas y otros de sus alimentos ha bajado como consecuencia del aumento de temperaturas en la atmósfera y los océanos. Por ende, los flamencos ven reducidas sus fuentes de alimentos y quedan a merced de padecimientos de salud. Esto se produce también debido a la reducción del nivel del agua en su hábitat, que deviene en un aumento de la salinidad debido a la evaporación del líquido. El exceso de sal puede matar a muchos microorganismos.
Esfuerzos de conservación
La protección de su hábitat es un factor clave para su conservación, y por eso se han establecido varias zonas protegidas y se han implementado programas de gestión de hábitat para impedir la recolección de huevos y aumentar la conciencia de las personas.
En 1978 se creó el Flamingo Specialist Group, una red de científicos y expertos en flamencos que estudian y realizan actividades de gestión, seguimiento y conservación de flamencos mediante el desarrollo de planes de acción. Asimismo, Phoenicopterus ruber, Phoenicopterus chilensis y Phoenicopterus roseus están protegidos por la U.S. Migratory Bird Act of 1918 (Tratado de Aves Migratorias de 1918)