Flamencos amigables
Es poco común encontrar flamencos solitarios (pero posible, claro) ya que a estas aves les gusta tener compañía. Son gregarias: forman colonias integradas por decenas, cientos y hasta miles de individuos, y actividades importantes como la reproducción son realizadas incluso en grupos llamados colonias. Cuando estos grandes grupos vuelan reciben el nombre de bandadas, y durante la temporada reproductiva las colonias de cría se ubican en un sitio determinado para incubar sus huevos y cuidar a los polluelos.
Existen varias razones por las que los fenicoptéridos son muy sociales. Primero, un número grande de flamencos juntos proporciona mayor seguridad contra los depredadores; en segundo lugar, facilita la búsqueda de fuentes de alimentos y por lo tanto hace aumentar el consumo de estos, pues como dicen, “la unión hace la fuerza”; la tercera ventaja es que los sitios de anidación se usan de forma más eficiente: cuando los sitios son adecuados pero escasos, los flamencos pueden aprovechar las áreas de modo que no se desperdicia espacio ni recursos (alimentos, lodo, etcétera).
Los miembros de las colonias no tienen un líder o un individuo de mayor rango que dirija a los demás. Se desconoce si tienen significativas jerarquías de dominancia, no obstante, un estudio de los científicos Erica A. Royer y Matthew J. Anderson, publicado en 2014, descubrió evidencias de que flamencos del Caribe (Phoenicopterus ruber) en cautiverio en el Zoológico de Filadelfia muestran tener una jerarquía de dominancia semilineal y que los individuos con vínculos de pareja más fuertes tienden a disfrutar de una posición más dominante dentro del grupo.
No necesitan organizarse en jerarquías puesto que los alimentos suelen ser abundantes en su hábitat.
En la naturaleza, los flamencos realmente no necesitan organizarse en jerarquías rigurosas puesto que los alimentos suelen ser abundantes en su hábitat y así existen pocas posibilidades de competir por ellos o por otros recursos vitales. Dentro de las colonias, los flamencos se dividen en grupos más pequeños de 15-50 miembros antes de comenzar a aparearse, con el objetivo de preparar impresionantes exhibiciones de cortejo. Estas exposiciones colectivas favorecen la producción de hormonas y aseguran que un mayor número de flamencos alcance las condiciones necesarias para reproducirse, por lo que para alcanzar el éxito reproductivo necesariamente deben estar juntos.
Una exhibición se caracteriza precisamente por mostrar a los flamencos en todo su esplendor. Algunos estiran el cuello y dirigen el pico hacia arriba mientras giran la cabeza de lado a lado, otros extienden el cuello, la cola y las alas para mostrar el color de sus plumas y unos más caminan juntos y después cambian de dirección de forma abrupta. Es una actividad muy variada y los movimientos son sincronizados, es decir, realizados por varios individuos al mismo tiempo.
Madres y padres son capaces de distinguir a su polluelo entre los demás únicamente por la vocalización del pequeño.
También son muy ruidosos. Si bien las exhibiciones y otros movimientos corporales son útiles para comunicarse, los flamencos emiten muchos sonidos con el mismo propósito y para mantenerse juntos. Por ejemplo, ellos vocalizan constantemente mientras están en pleno cortejo y cuando permanecen en sus colonias de cría. Para muchas personas los sonidos pueden escucharse iguales, pero no para ellos, que pueden diferenciarse perfectamente. Madres y padres son capaces de distinguir a su polluelo entre los demás únicamente por la vocalización del pequeño. En las colonias de cría, los polluelos que se asientan en una “guardería” son cuidados por algunos adultos y los padres pueden acudir a alimentarlos cada cierto tiempo.
Las parejas reproductivas tienden a ser monógamas y a mantener un fuerte vínculo. Ambos cuidan a su polluelo y defienden el nido y sus alrededores, aunque las especies no demuestran ser particularmente agresivas. Se han encontrado colonias en las que individuos de otras especies permanecen tranquilamente en el área, y un mayor número de miembros de dos especies pueden compartir una misma zona.
Los flamencos no reproductores pasan el tiempo descansando, acicalándose, bañándose y alimentándose, esto último ocurre durante las noches. En general, los fenicoptéridos pasan de un 15 a un 30 por ciento de todo su tiempo en actividades de acicalamiento.