¿En dónde viven los flamencos?
La distribución de los flamencos abarca América, África, Asia y Europa, es decir, viven en la mayoría de los continentes salvo Oceanía y Antártida. Con su bello plumaje, estas aves de largas patas se pasean a través del Viejo y el Nuevo Mundo. En el primero existen dos especies: el flamenco común (Phoenicopterus roseus) y el flamenco enano (Phoenicopterus minor), y en América se presentan 4 especies, que son el flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), el flamenco andino (Phoenicopterus andinus), el flamenco del Caribe (Phoenicopterus ruber) y el flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi).
Todos ellos tienen un rango que se ubica en trópicos y subtrópicos, es decir, en regiones de clima tropical, subtropical o sus semejantes. Es por eso que las zonas más al norte y al sur del planeta están desprovistas de flamencos. Los registros fósiles sugieren que alguna vez disfrutaron la vida en un rango de distribución más extenso y que incluso pudieron vivir en lo que hoy es Australia, pero el paso del tiempo ha hecho mella en su rango y ahora este está un poco más fragmentado. Por eso una población que permanece en la India está a miles de kilómetros de otra población presente en las islas Galápagos o en las Malvinas.
Viven en la mayoría de los continentes salvo Oceanía y Antártida.
Phoenicopterus roseus es la especie de más amplia distribución, pues puede encontrársele desde el oeste de África hasta el sur y suroeste asiático a través del África subsahariana, y la región mediterránea en el sur de Europa. El rango geográfico de este último está muy fragmentado y es menor que el de Asia y África. El flamenco enano vive sobre todo en el sur, sureste y suroeste africano, y en menor proporción, en países del Medio Oriente: India, Pakistán, Yemen, Omán, Irán y Sri Lanka.
Al otro lado del Atlántico, el flamenco del Caribe prospera a lo largo de las costas del sureste de México, en varias islas caribeñas, en las Galápagos y en partes de Colombia y Venezuela, entre otras. El flamenco de James vive en Perú, Chile, Argentina y Bolivia, al igual que Phoenicopterus andinus. Por último, el flamenco chileno pasa su vida en Sudamérica a través de Chile, claro, así como Argentina, Paraguay, Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador y Uruguay. Incluso puede viajar hasta las islas Malvinas.
Es bueno recalcar que los fenicoptéridos son aves que pese a no considerarse migratorias, en ciertas épocas del año algunos extienden las alas y vuelan hacia otras regiones en busca de mayor disponibilidad de alimentos o clima más suave. Asimismo, si el nivel del agua aumenta en una zona de anidación prefieren irse a otra parte para evitar que su nido y huevos se vean afectados, y si hay sequía se desplazan hacia sitios con cuerpos de agua.
Hábitat
Sus hábitats poseen aguas saladas, salobres y alcalinas de poca profundidad.
La vida de las aves como los flamencos es hasta cierto punto dependiente de los cuerpos de agua. Estas rosadas aves tienen algunos de los hábitats más infrecuentes entre los animales relativamente grandes, pero están adaptadas para soportar las condiciones. Sus hábitats poseen aguas saladas, salobres y alcalinas de poca profundidad. Pueden ser lagos, lagunas costeras, marismas, estuarios, zonas de manglares, llanuras de marea e islas de arena en la zona intermareal. Todos se caracterizan por poseer fondo blanco de sedimentos.
Estos hábitats suelen presentarse a lo largo de costas o en sabanas, praderas y hasta regiones montañosas tierra adentro, hasta a 4,500 metros sobre el nivel del mar. Lo más común es que el entorno alrededor de donde viven esté desprovisto de vegetación y que el agua carezca de diversidad de vida debido a la alcalinidad. Suele suceder que los únicos organismos acuáticos presentes sean algas, pequeños crustáceos y moluscos, diatomeas y organismos microscópicos que sirven como alimento a los flamencos.