¿Cómo se reproducen los flamencos?
Los fenicoptéridos o flamencos son aves fuertemente sociales. Viven juntas, vuelan juntas y hasta se reproducen juntas. Básicamente, todas sus actividades son realizadas en grupo.
Por lo general, la madurez sexual en los flamencos es alcanzada entre los 3 y los 6 años de edad, pero no suelen comenzar a reproducirse sino hasta que alcanzan el sexto año. A tal edad su cuerpo ya ha madurado lo suficiente y es capaz de generar nueva vida.
Las colonias, grandes grupos de cientos o miles de individuos que viven juntos, se separan en grupos de anidación de algunos flamencos o de algunas decenas. Cada colonia tiene una temporada reproductiva diferente, es decir, una época del año en que puede aparearse y criar. Es poco común que las colonias aniden 2 o más veces al año y el momento puede coincidir con la época de lluvias, sin embargo, el nivel de agua no debe ser excesivo para evitar que entre a los nidos.
El cortejo y el apareamiento se realizan al mismo tiempo entre los individuos.
Cortejo y apareamiento
La reproducción es una función compleja en los flamencos e implica que todos los miembros de los grupos de anidación estén en temporada reproductiva, así que el cortejo y el apareamiento se realizan al mismo tiempo entre los individuos. En el caso del flamenco chileno, las colonias deben estar compuestas por al menos 15-18 miembros para que se obtenga éxito.
Se han observado individuos que se aparean con más de uno, aunque los expertos creen que la mayoría de los flamencos son monógamos y que las parejas, que construyen un vínculo sólido, permanecen juntas durante un tiempo capaz de prolongarse durante varios años o varias temporadas reproductivas. Algunas parejas solo se separan cuando uno de los dos muere o si el apareamiento no produce crías, tras lo cual la hembra suele buscar una nueva pareja.
El macho escogido por la hembra tiene que cortejar varios minutos, pero únicamente a ella, si es que desea que esta acepte la cópula.
El cortejo es un espectáculo fenomenal. Los machos realizan al unísono una exhibición en aguas poco profundas durante la cual estiran el cuello, baten las alas y emiten vocalizaciones con el propósito de llamar la atención de las hembras en general. Ellas también suelen efectuar algunos movimientos, pero son más sutiles que los de sus pretendientes. Eventualmente, una hembra selecciona a un macho pero no todo termina ahí. El macho escogido tiene que seguir cortejando, pero únicamente a ella, que se aleja poco a poco hacia otra sección de aguas de baja profundidad mientras él la sigue de cerca.
Una vez que la hembra se dispone a copular, inclina la cabeza y extiende las alas para invitar al macho a acercarse más. Entonces este se posiciona encima de ella y ambos se aparean durante unos minutos. Después acuden al sitio de anidación, en donde otras parejas comienzan a preparar su nido.
Algunas colonias de anidación contienen miembros de especies diferentes, si bien se trata de un comportamiento poco frecuente. El nido es un montículo de barro de unos 30 centímetros de altura que en la parte superior posee una abertura en donde hasta 6 semanas posteriores a su construcción la hembra coloca 1 huevo de unos 115 gramos. Normalmente, el nido es hecho con la participación de ambos sexos y a su alrededor existe una zanja que impide el paso del agua.
Los padres se turnan para incubar su huevo y defienden el sitio de anidación, repleto de flamencos. El período de incubación es de 27 a 31 días. Tienen que ser muy cuidadosos con el manejo, pues un huevo que cae del nido no se recupera.
Cuidado de las crías
De nuevo, macho y hembra tienen la tarea de cuidar a su polluelo, que sale del cascarón en tanto sus padres vocalizan al verlo. La eclosión toma unas 24-36 horas de trabajo, y después emerge un polluelo que poco se parece a un flamenco típico puesto que cuenta con plumón gris o blancuzco, un pico pequeño y casi recto, las patas rosadas e hinchadas y un cuello poco notable. Al cabo de 7-10 días, las patas adquieren un color negro y reducen su hinchazón.
Macho y hembra producen «leche de buche» con la que alimentan a su cría.
Los padres se convierten en cercanos cuidadores de su polluelo. Un hecho inusitado entre las aves pero presente en los flamencos es su capacidad para producir una secreción llamada “leche de buche”, que se origina gracias a unas glándulas presentes en una porción del tracto digestivo. Macho y hembra la producen, y con ella alimentan a su cría.
5 o 6 días después de su llegada al mundo, un polluelo comienza a salir de su nido para conocer su entorno, y cuando tiene unas 2 semanas de vida se reúne con otros polluelos de manera que se forman grupos pequeños, los cuales posteriormente derivan en agrupaciones más grandes conocidas como “guarderías”, que albergan miles de crías supervisadas por algunos adultos. Los padres pueden acudir a las guarderías para alimentarlos, y para reconocer a su propia cría solo tienen que escuchar la vocalización de esta.
Alrededor de las 11 semanas de vida los polluelos comienzan a desarrollar el típico pico curvo.